A partir de 2020, Civil Rights Defenders decide abrir una línea de trabajo específica para la frontera entre Colombia y Venezuela, un territorio marcado por una crisis de derechos humanos, una situación migratoria y de cierre del espacio cívico sin precedentes, tensiones geopolíticas y una creciente presencia transnacional de actores armados no estatales, así de como economías ilegales. En ese contexto, la región se convirtió en uno de los lugares más difíciles para defender los DDHH en el continente.
Civil Rights Defenders llegó al territorio con varios objetivos en mente: entender la frontera en su complejidad, a partir de perspectivas plurales y diversas que nos permitieran actuar de manera responsable y flexible en medio de las amenazas; buscar mejorar la situación de las y los defensores de DDHH en la región a través de fortalecer sus capacidades en términos de seguridad y del impacto de su trabajo; y construir puentes de diálogo y conversación para fortalecer los liderazgos en el territorio, los movimientos sociales presentes en ambos lados de la frontera y la construcción de una sociedad civil activa y conectada.
En medio de un contexto cambiante, y con retos en materia política, de Derechos Humanos y de diálogos de Paz, el proyecto Frontera ha logrado convertirse en un actor relevante en el territorio. Ha logrado contribuir a la concepción de un sentido de región fronteriza en DDHH a través de encuentros, foros, asambleas y proyectos conjuntos.
Desde una de las grandes apuestas de la organización, el proyecto ha contribuido a fortalecer la seguridad de las y los defensores en terreno: a partir de un enfoque holístico, que no se reduce a la seguridad física, Civil Rights Defenders ha beneficiado a más de 450 activistas a través de talleres y formaciones. Además, el fondo de emergencia se ha convertido en una herramienta relevante para atender casos de riesgo inminente o preventivo en ambos lados de la frontera.
La organización también ha potenciado las capacidades de las y los defensores para visibilizar violaciones a DDHH en el territorio, con el objetivo de que sus organizaciones puedan presentar informes rigurosos a instancias judiciales y a la opinión pública. Además, hemos empezado a tejer redes de diálogo entre organizaciones de la sociedad civil de ambos países con el objetivo de fortalecer el movimiento de Derechos Humanos fronterizo, con capacidades sólidas para visibilizar las situaciones que suceden en el territorio, ejercer el derecho a defender derechos y sus causas a nivel local, nacional e internacional.
Civil Rights Defenders también trabaja por visibilizar a nivel nacional e internacional de las luchas de las organizaciones con las que trabajamos, a través de talleres de formación en comunicaciones, giras de incidencia principalmente ante la OEA y la Unión Europea, presencia en medios de comunicación y articulación con espacios de la sociedad civil existentes.